¡Nuevas historias animadas de 2019 que sucedieron de verdad!
Hola a todos, mi nombre es Hayley y tengo 16 años. Tengo que confesar, cometí un crimen y me salí con la mía. Pero no me siento culpable, porque lo hice para salvar la vida de un niño.
Tengo que presentarle a mi hermana primero. Ella es Amanda, es un año mayor que yo. Ya sabes, las hermanas mayores suelen ser un ejemplo para las menores. Ayudan con las tareas domésticas, con la escuela y con los problemas personales. En mi caso, todo era exactamente lo contrario. Amanda es un gran ejemplo de cómo no debes vivir. A partir de los 16 años, comenzó a salir con chicos mayores, ir a fiestas interminables y desaparecer de casa por varios días a la vez. Después de unos meses de esta vida, tuvo unos cuantos novios, se hizo un tatuaje y nuestros padres la recogieron de la estación de policía dos veces. Obviamente, había caído en malas compañías, y había sucumbido a su influencia. Lo peor era que no quería escuchar a nadie, ni a nuestros padres ni a sus maestros. Así que yo solo veía cómo vivía Amanda y hacía exactamente lo contrario. Intenté ser una buena hija para que mis padres no fueran tan infelices. Pero fue difícil. Mi mamá y mi papá trataron de influir en el comportamiento de Amanda, pero muy pronto se acostumbraron y renunciaron a cualquier intento de cambiarla. Creo que Amanda estaba perdida para ellos, y solo esperaban que cumpliera 18 años para quedar eximidos de cualquier responsabilidad por sus acciones. Pero después de otro mes, llegó a casa por la mañana y nos contó unas noticias que casi hicieron que mi madre tuviera un ataque al corazón.
Ella entró en la casa mientras estábamos desayunando. Se veía muy cansada. Aparentemente, ir de fiesta toda la noche no era tan fácil. Lo primero que nos dijo no fue "Hola" o "¿Cómo están?". En un tono triste, nos dijo que estaba embarazada. Durante unos minutos hubo un completo silencio en la casa. Supongo que todos estábamos tratando de procesar esta información. Entonces mi madre comenzó a respirar pesadamente y apretó su corazón. Papá quería ayudarla, y yo solo estaba sentada allí, sin saber qué hacer. Mientras tanto, mi hermana se fue silenciosamente a su habitación. Gracias a Dios, mamá estaba bien. Pero puedo entender su reacción. Fue una noticia muy dura. Pasamos los siguientes días peleando y discutiendo sobre qué hacer a continuación. Nuestros padres dijeron que Amanda no estaba lista p
