Anhelamos alcanzar el lugar que le corresponde a las mujeres y deseamos que llegue un día en que no tengamos que luchar por hacer valer el talento femenino pero, para que sea visible el cambio, debemos atacar varios frentes: el primero, generacional; el segundo, educacional; el tercero, empresarial; el cuarto, político… - y no precisamente en ese orden-. Y así podríamos continuar enumerando carencias que nos encontramos. Son tantas las brechas que nos encontramos que debemos definir el foco. Pese a que una de las virtudes más valoradas de las mujeres en Silicon Valley es la capacidad multistasking (aún ganando un 16% menos que los hombres según datos de Statista), es el momento de dejar de ser funambulistas y reenfocar nuestras prioridades con el fin de conseguir los resultados que perseguimos y que, día a día, brillan con más fuerza. Prueba de estos destellos de realidad y esperanza son los foros de Mujeres en la Sanidad. Ocupamos nuestra silla de metacrilato, trasparente, como el famoso techo de cristal que no logramos romper y nos sentamos en una mesa redonda para afrontar una nueva sesión de Mujeres de la Sanidad con un propósito: debatir el objetivo número 5 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo: Igualdad de Género (agenda 2020/30). Nos fijamos uno en este coloquio: “visibilizar el inicio de actividades y compartirlas con la sociedad”, apunta Santiago de Quiroga, CEO de Wecare-u.