Santiago de Chile, 23 oct (EFE).- A marchas forzadas y algo improvisadas, el Metro de Santiago, el origen de las masivas protestas en Chile contra la desigualdad social, trata de resurgir de las cenizas en que quedaron reducidos sus vagones y estaciones, pero la capital chilena está lejos de recuperar la normalidad.
El subterráneo, donde 77 de las 136 estaciones de su red sufrieron daños durante las protestas, tuvo este martes operativas tres de sus seis líneas de manera parcial, con pasajes a 800 pesos (1,10 dólares), tras anularse el aumento de 30 pesos (0,04 dólares) que hizo estallar el descontento social acumulado.
Imágenes: Fernando Gimeno. Edición y locución: Ana Gabriela Santamaría.
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