Las ‘salas de la ira’ se están volviendo populares en China.
En esos lugares, los clientes pueden descargar su enojo rompiendo objetos dentro de una habitación.
Jin Meng, cofundadora de Smash Anger Room, afirma que recibe hasta 600 clientes cada mes que asisten a su compañía para usar la sala.
«Una sesión de 30 minutos cuesta aproximadamente 20 dólares estadounidenses por persona. ¿Qué lleva a estas personas a este punto?
Bueno, todo. Desde el estrés hasta las relaciones difíciles. Una mujer trajo todas las fotos de su boda y las rompió».
Los clientes usan bates de béisbol para romper botellas y también se les permite llevar artículos personales que desean destruir.