La competición atlética, a alto nivel, exige un esfuerzo físico diabólico y un desgaste psicológico brutal.
Cada atleta suelta presión como puede. Y así nacen los tics, las manías y esos gestos tan peculiares que nos facinan en cada concurso.
Practicar un deporte profesional no es nada fácil, no importa si es en equipo o individual.
Cometer un mínimo error no solo te hará perder esa medalla para la que llevas muchos años entrenando; a algunos los marcará por siempre.
Eso explica todo lo que vas a a ver en este vídeo.