Facha, mal catalán, pseudoperiodista, desecho humano, maricón, nazi … Así me han calificado, desde el 10 de febrero de 2019, tuiteros de izquierda y algunos independentistas (con el lazo bien visible) en las redes sociales.
Esta jauría de intolerantes se unía a la voz oficial del partido que gobierna lanzando sus consignas a periódicos, radios y televisiones afines: que si las mentiras del manifiesto, si la participación fue escasa, que si la foto de los líderes convocantes, … Había que aplacar como fuese el éxito de la convocatoria y destruir a los periodistas, que en nombre de la sociedad civil que estaba en la plaza, leyeron el manifiesto.
