Hola, ella es Sam, diminutivo de Samantha. Imagina que escribes una obra y las personas aceptan actuar en ella, el público va a verla, y luego… TODO sale mal y se convierte en un completo DESASTRE, al punto que no puedes evitar sentirte incómodo cada vez que lo recuerdas.
Sí, eso es lo que le ocurrió a ella. Comenzará diciendo que siempre le ha gustado escribir y actuar, y todo lo que está conectado con la narración. Escribe cuentos desde pequeña, y más tarde se unió al club de teatro de su escuela.
Un día, mientras buscaban una nueva obra para el club, alguien sugirió que Sam la escribiera, ya que era buena en eso. ¡Aceptó, por supuesto! Su profesora y directora dijo que hasta la dejaría dirigirla parcialmente, si así lo quería.
Así que Sam tomó uno de sus cuentos y lo convirtió en una obra. Era una historia conmovedora sobre cinco personas que se enamoraban entre sí, una especie de triángulo… eh, ¿pentágono amoroso? A todos les gustó, así que decidieron hacerla. Sam trabajó muy duro en ella: tendría uno de los papeles principales y también mucho que dirigir.
La profesora dijo que lo mejor sería que Sam eligiera uno de los dos roles, que no sería capaz de soportar la presión, pero ella estaba convencida de que podría con todo. Y, como imaginarás, fue un gran error.
Pronto todos la odiaban por ser demasiado estricta. Muchas personas en el club de teatro querían divertirse y expresarse. No eran tan ambiciosos como ella, y, aunque lo entiende ahora, no lo veía así en ese momento.
Sam casi no dormía, pasaba la mayor parte del tiempo memorizando su papel, preparando la escenografía y otras cosas así. Se imaginaba a diario cómo saldrían las cosas, fantaseaba con dejar impresionado a todo el mundo. Pero, como ya sabes, eso no fue lo que ocurrió.
El día de la obra llegó por fin. El auditorio estaba lleno de personas de la escuela y hasta de gente interesada en la obra. Sam estaba nerviosa, pero también convencida de que todo saldría según lo planeado.
La primera escena comenzaba con uno de los personajes diciendo un pequeño monólogo en el que tenía que presentar la historia y los personajes. Este chico, llamémoslo George, comenzó a hablar y… olvidó sus líneas. Así que dijo cosas como “¿Qué es la vida? ¿Es solo una serie de eventos o… eh… o no? Ehhh”. Sam estaba FURIOSA. Por suerte, el sonidista llegó al rescate y puso algo de música para que pudieran continuar.
La segunda escena comenzó, y los actores entraron al escenario, pero una chica se tropezó por accidente y TODO se vino abajo. Todo lo que Sam había preparado durante semanas se cayó, aún no entiende cómo fue posible.
“No”, dijo Sam, “nos preparamos durante meses para esta obra, ¡¿y así es como terminaremos?! De ninguna manera, ¡el show debe continuar!”. Estaba convencida de que las cosas no podían empeorar, unos cuantos sobresaltos no arruinarían la obra.
Bueno, ustedes ya saben que estaba e