Madrid, 8 oct (EFE).- Con la sentencia del "procés" en un horizonte inmediato, son muchas las incógnitas que deberá despejar el Tribunal Supremo en una resolución que se antoja histórica y cuyas consecuencias -y la respuesta que preparan los sectores independentistas- pueden determinar la campaña electoral del 10N.
- ¿REBELIÓN, SEDICIÓN O UNA ALTERNATIVA?
Tal vez sea la principal incógnita a resolver. Hay varias opciones encima de la mesa. La Fiscalía siempre defendió la rebelión; la Abogacía del Estado, en representación del Gobierno, apostó por la sedición; y las defensas argumentaron la mera desobediencia.
El delito define los hechos, pero aquí servirá también para calificar lo ocurrido en aquel otoño de 2017 en Cataluña. Los jueces tendrán que justificar si hubo un ataque al orden constitucional (rebelión) o contra el orden público (sedición). Sin descartar la escala de grises que representan la conspiración para la rebelión (se planea pero no se inicia) o la tentativa para cometerla (no se llega a consumar), opciones viables y que no se antojan lejanas.
Un factor clave será determinar si hubo violencia y cuantificar en qué grado. Y ver si los magistrados entran a dibujar un nuevo concepto penal de violencia, menos física y más intimidatoria o amenazante, para decantarse por cualquier de estas opciones.
Y todo sin descartarse que el Supremo sugiera al legislativo que actualice el delito de rebelión al siglo XXI.
IMÁGENES SEÑAL INSTITUCIONAL JUICIO. TOTALES DE JAVIER ZARAGOZA, FISCAL; ROSA MARÍA SEOANE; ORIOL JUNQUERAS, EXVPTE CATALÁN; CARME FORCADELL, EXPTA PARLAMENT; TESTIGOS; JORDI CUIXART Y JORDI SÀNCHEZ, LÍDERES ASOCIACIONES INDEPENDENTISTAS, JOAQUIM FORN, CONSELLER INTERIOR, Y POLICÍA TESTIGO.