El juicio contra el tatuador de San Sebastián, acusado de 14 abusos sexuales a 12 mujeres y para el cual la Fiscalía pide una pena de 21 años y cuatro meses de cárcel, ha sido suspendido hasta principios de octubre al no poder declarar, por diferentes causas, varios testigos, entre ellos tres presuntas víctimas.