Se juntan dos bosteros en el living de Arroban. Diego Ripoll y el Beto Márcico hablan de Boca mientras el invitado destruye un par de botellas de champaña. "Vos viniste a Boca y rechazaste un cheque del Toulouse Football Club que era tres veces lo que te iban a pagar en Boca", le dice nuestro conductor mostrando el hincha enfermo que lleva adentro. Cuenta Márcico que los franceses le ofrecían contrato por diez años para terminar su carrera de futbolista y después dedicarse a las inferiores o lo que él quisiera. "Querían que me quede, pero yo quería venir a Boca, totalmente. Quería venir a jugar porque era mi sueño porque siempre fui hincha de Boca", confiesa el Beto mostrando su costado de hincha.\n\nEl invitado bardea un poco al paraguayo Roberto Cabañas porque declaraba que siempre había sido hincha de Boca y nada que ver, demagogia pura para el hincha bostero. "Yo vivía en Brandsen 1737 a siete cuadras de La Bombonera". Ernestou le pregunta si cuando terminaba de jugar en Ferro rajaba para la cancha a ver a Boca. Recuerda Márcico: "Eso me pasó al principio. Yo jugaba en Tercera. Terminaba y agarraba el 25 por Rivadavia y Cucha Cucha, viaje rápido porque era domingo y entraba en el segundo tiempo a ver el partido. Entraba gratis, a tribuna de socios y a veces a la tercera bandeja pero era muy empinado. Daba un cagazo, dejate de joder".\n\nAl tiempo se le complicó porque el Cai Aimar, DT de Ferro, les pidió a los jugadores de Tercera que se quedaran a ver a la Primera para ir aprendiendo los movimientos para cuando les tocara jugar. "Ahí me mató, ahí me cagó", se lamenta Márcico. Ernestou lo bardea diciéndole que el Cai Aimar cagó a Boca después dirigiendo a la Primera. "Pará que salimos campeones de la Supercopa con el gol de Blas Armando Giunta. Ahí estaban bajo tierra ustedes, papá", le responde Márcico clavándosela en el ángulo. Erno contraataca diciendo que la hinchada de Boca le cantaba al Cai Aimar puteándolo y Márcico reconoce que la hinchada es jodida. Dice que cuando no le entrás de primera es difícil. Diego Ripoll muestra su paladar negro diciendo que con tirarse a los pies del rival ya aman al jugador (?)