La sonda europea Rosetta, que acompañó al cometa 67P en el punto más cercano al Sol de su trayectoria, dio revelaciones sobre su composición. Según los astrónomos, el cometa de unos 4 kilómetros de diámetro y forma irregular, está formado por hielo, minerales y partículas con carbono, y no de de hielo y un poco de polvo como se tenía pensado.