Dos empresas constructoras de hijos, sobrinos y parientes políticos de Jesús Murillo Karam, el ex procurador general de la República, y una más estrechamente vinculada a ellas, ganaron contratos de obra por 4,625 millones de pesos (más de 300 millones de dólares), justo durante los tres años en que él ocupó uno de los puestos más importantes en el gabinete presidencial.