Es el viaje más seguido, el de la gran noticia y por eso el más vigilado y comentado. Cada paso, cada gesto, marcado por los regalos a los próximos papás y por una agenda de escándalo que Meghan, embarazada, piensa cumplir al pie de la letra. En las últimas horas los Duques de Sasex han visitado Dubbo, una zona rural donde han alimentado a los animales de una granja que sufre una importante sequía, han visitado una escuela indígena y han asistido a una barbacoa que ha dejado la imagen de la polémica. En la que Meghan Markle le sujeta el paraguas al príncipe Harry mientras él da un discurso, controvertido gesto que ya ha levantado ampollas, como controvertido también es este otro. El del presidente estadounidense Donald Trump sujetando un paraguas con el que no tapa a su mujer, a Melania. Incluso cuando caminan agarrados, él se cubre mientras ella se moja.