Hoy Paula por fin sonrÃe. Está feliz . Y el motivo de esa felicidad es un pequeño gran cambio, éste. En su clase las sillas han pasado de sonar con este ruido a hacerlo con este silencio. Paula tiene una enfermedad rara que le causa problemas de lenguaje y una sensibilidad enorme al ruido. Por eso su profesor se puso manos a la obra. Decidió insonorizar las sillas con unas pelotas de tenis. Asà al moverse las sillas ya no habrÃa ruido. Por lo que la situación de Paula mejorarÃa mucho. Y asà fue. Algo que demuestra que en ocasiones lo verdaderamente importante no se aprende en los libros.