La desesperación los lleva a saltarse todos los controles. Se amontonan y corren para entrar en territorio mexicano. Los que siguen en la aduana esperan un milagro.
Pegados a las rejas, reciben asistencia sanitaria con un deseo."Que Dios toque el corazón del presidente", piden.
Pero Peña Nieto lanza un mensaje claro.
Que lanza un mensaje claro. "México no permitirá el ingreso a su territorio de manera ilegal y mucho menos violenta", advierte.
Se ha reunido con el jefe de la diplomacia estadounidense y ha colocado 500 efectivos más en la frontera, tras las amenazas de Donald Trump de cortar las ayudas si no frenan el avance. "Un alto porcentaje son criminales y quieren venir a nuestro país", asegura.
Pero sus situaciones son tan dramáticas que poco les importan las maniobras diplomáticas para hacer que abandonen el sueño americano. Honduras y Guatemala ya preparan un plan para su regreso.