Madrid más campestre que nunca. Una marea humana recibe el paso por sus calles de 1500 ovejas merinas y 100 cabras retintas. Es la Fiesta de la Trashumancia que cumople 25 años. Llegan a la capital tras recorrer 500 kilometros desde las montañas leonesas. No es fácil acostumbrase al estrés de la ciudad y muchas quieren regresar al campo, para desesparacion de los pastores.
La fiesta recuerda la importancia de conservar las vías pecuarias, una red de 125.000 kilómetros desde hace seis siglos. Este año reivindica además la figura de las pastoras en un oficio ancestral en el que la mujer ha desempañado un papel primordial.