Noa iba a cumplir 3 años. La pequeña entró sola en la casa de su vecino y se ahogó en la piscina. Su abuela, que la había perdido de vista unos segundos, localizó el cuerpo flotando en el agua. Intentaron reanimarla durante una hora pero no pudieron hacer nada por ella. Más suerte tuvo el niño de 2 años al que su familia consiguió salvar tras entrar en parada cardiorespiratoria. Podía llevar diez minutos sumergido en una piscina en Morata de Tajuña cuando le encontraron. Siguiendo las indicaciones telefónicas del 112 sus padres le practicaron maniobras de reanimación pulmonar. Hay que empezar cuanto antes, ya que pasados cinco minutos sin oxígeno el daño cerebral puede ser irreversible. Tan importante como el tiempo de reacción es la vigilancia. Un niño puede ahogarse en solo 30 segundos. Aplicando la regla 10/20, mirar la piscina cada 10 segundos y realizar el rescate en menos de 20, se evitarían el 85% de los ahogamientos.
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