Ankara (Turquía), 14 jun (EFE).- (Imagen: Lara Villalón) Para muchos sirios refugiados en Turquía, la diferencia entre que sus hijos trabajen o vayan al colegio, entre pagar el alquiler o endeudarse, es un trozo de plástico rojo: La KizilayKart, la tarjeta de débito que la Media Luna Roja y la ONU, con fondos de la Unión Europea, les recarga cada mes con 18 euros.