Que aplaudan a un futbolista argentino es normal en todas partes del mundo excepto en Brasil. Jorge Burruchaga consiguió hacerlo posible vistiendo la camiseta de Independiente y enfrentando a Gremio en Porto Alegre por Copa Libertadores en 1984. Fue 1-0 pero el ajustado resultado esconde el baile que se comieron los brasileños. El Rojo terminó siendo campeón de esa Copa Libertadores, la última que ganó.\n\n¿Cómo fue desde adentro?, pregunta Alexis Valido. Jorge Burruchaga recuerda que ese partido no tuvo transmisión de la televisión y que Victor Hugo Morales y José María Muñoz lo relataron por radio. Dice Burruchaga: "Fue una noche bárbara por el resultado final porque ganamos 1-0 muy justo en cuanto a lo que fue el partido. Tendríamos que haber ganado por dos goles más. Fue una noche en la cual muchos medios nos pusieron 10 de puntaje a seis o siete jugadores. Lo mejor fue que el estadio, como era normal, cuando entramos a la cancha nos putearon y nos tiraron de todo como pasa siempre. No nos sorprendió. Pero lo bueno fue el final. Esa misma gente nos aplaudió. Eso nunca se vio en Brasil. La gente de Gremio nos reconoció la superioridad. Aparte ellos eran los campeones actuales (...) Habían ganado la copa en el 83 y eran los campeones defensores".\n\nAclara Ernestou que en esa época el ganador de la Copa Libertadores anterior entraba en la fase final en la cual se dividían los clasificados en dos grupos de tres equipos. Cuenta Burruchaga que Independiente estaba en el grupo con Universidad Católica de Chile y Nacional de Montevideo. Pero lo mejor es el recuerdo del invitado respecto al reconocimiento del público brasileño. Primero los recibió tirándoles naranjas e insultándolos y después los despidió aplaudiéndolos de pie. Eso es raro de ver en Copa Libertadores y menos en Brasil.