Los engañaban para que vendieran en sus negocios los productos de LINCECI pero la venta de bolis, lápices y bolsitas no iba destinada a ayudar a niños con cáncer en Peru. Tampoco los eventos deportivos que organizaban gracias a la colaboración desinteresada de entidades y voluntarios. Lo recaudado servía, casi en exclusiva, para finaciar la vida de lujo de los 5 detenidos, 3 de ellos ahora en libertdad con cargos. Según la policía en solo cuatro años La Liga Nacional Contra el Cáncer Infantil se habría embolsado 5 millones y medio de euros. El cabecilla tenía un sueldo mensual de 15.000 euros y sólo una minima parte del dinero recaudado llegó Perú para poder seguir manteniendo la estafa.