Desde 2013, las emisiones anuales de un clorofluorocarbono (CFC), prohibido hace décadas por su daño a la capa de ozono, aumentaron en aproximadamente 7.000 toneladas desde el este de China. Es la conclusión de una nueva investigación publicada en 'Nature' por un equipo internacional de científicos de Reino Unido, Corea del Sur, Japón, Estados Unidos, Australia y Suiza.