Isabel y Samuel hacen planes de boda. Son asturianos y allí, en su comunidad Hacienda está pidiendo cuentas. No es algo nuevo y según la ley se puede exigir toda la documentación fiscal hasta cuatro años después del enlace. Así lo explica Claudio Vereterra, gerente de la Quinta del Ynfanzón
"que esté todo el mundo tranquilo, novios, chicos y clientes, porque lleva pasando desde hace muchísimo tiempo, vamos, no es una cosa moderna. Entonces es como siempre".
Ellos, los novios, parecen concienciados "que nos den factura de todo y guardarlo", dice ella a lo que é agrega "hay que pagar impuestos y punto".
Él, Víctor Lafuente es fotógrafo de bodas y también justifica a Hacienda, "hay proveedores que no están pagando impuestos y para la competencia creo que no es leal".
Lo complicado llega a la hora de justificar los regalos. Si son de poca cuantía, Hacienda no suele investigarlos. Jesús González García, Gerente de Vintage Bodas también le pone objeciones: "eso ya no sé cómo, hasta qué medida van a poderlo regular, porque claro un regalo".
Se revisan las transferencias de más de 3.000 euros y los movimientos de billetes de 500 euros. Los presentes deben tributar como cualquier otra donación.
Los gastos de una boda suponen una obligación tributaria y, si el matrimonio no la asume, puede acabar siendo multado.