Desde siempre el vino ha sido más que una bebida. Una constante en nuestra sociedad. Un viajero sin pausa en los paladares de centenares de culturas a través del espacio y del tiempo.
Detrás de cada vino dulce hay una excelente uva con una esencia histórica que se traduce en un sabor y un color únicos. Estos vinos son capaces de cautivar a los gustos más exigentes. Y así el vino dulce nace con un espíritu viajero. Su gran cantidad de azúcar y elevado grado de alcohol, permitió su expansión y asentamiento por el mundo a lo largo de la historia.