Casi dos meses de pesadilla marcan el rostro y el alma. El hermano de Janet se derrumba ante las cámaras y, entre lágrimas, sólo alcanza a pedir una cosa: que el asesino de su hermana confiese dónde está el cadáver. Esa es ahora la prioridad de los investigadores: encontrar el cuerpo de la mujer. Aunque, de momento, Aitor guarda silencio. No ha querido declarar ni en sede policial ni judicial. Hoy ya pasado su primera noche en prisión. Los indicios que hay le señalan directamente como el autor del crimen. Los agentes tienen claro que todo ocurrió en el piso de Cornellá en el que llevaba poco tiempo viviendo y en el que encontraron sangre de Janet. Ya no hay duda, además, de que la mañana en la que desapareció la víctima, los dos estuvieron juntos. Los Mossos descartan el móvil sentimental. Aitor, padre, sin trabajo, con pareja, tenía un antecedente por tráfico de drogas. Ahora la pregunta es ¿por qué la mató?.