10 bomberos, agentes de la Policía Municipal, médicos, técnicos sanitarios. Un amplio despliegue para salvar a osa. Accidentalmente había caído en un pozo de 50 metros de profundidad. De este modo empieza el rescate. Montan un sistema de poleas y un bombero desciende hasta llegar al final del pozo. La perrita está en buen estado, a decenas de metros de profundidad, el bombero avisa. Comienza el complicado ascenso. Hay que subirlos con mucho cuidado, cualquier movimiento brusco podría provocar heridas al bombero y también al perro. Tras dos horas de trabajo. Los dos sanos y salvos salen a la superficie. Viva pero muy asustada. Osa apenas se mueve, paralizada por el frio. Poco a poco entra en calor y a su manera, también da las gracias.
-Redacción-