A dos días para ceder el testigo a su sucesor, Barack Obama ha querido dar un golpe de efecto para acabar la legislatura. El presidente saliente ha conmutado la pena de Chelsea Manning, una ex analista del ejército norteamericano que en 2009 entregó miles de documentos que pusieron en jaque la diplomacia de Estados Unidos y la política en Irak. Los documentos que se publicaron en Wikileaks hicieron famosa a la organización.
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