Mario le prestó su vehículo a Dámaso, un amigo de 17 años sin carné de conducir. Junto a otro chico, Rubén, circulaban a la 1 de la madrugada del pasado domingo por el puerto deportivo de Laredo (Cantabria). Cuando Dámaso vio a una patrulla de la Guardia Civil se asustó, y en vez de frenar, aceleró. Cayeron al agua y dos de ellos han fallecido. Sólo se salvó el dueño del turismo, que está en libertad con cargos como cooperador necesario de un doble homicidio por imprudencia. Se enfrenta hasta a cuatro años de cárcel y a indemnizaciones millonarias por prestar su coche a alguien sabiendo que no tenía permiso.
-Redacción-