Reforzar la seguridad es la condición indispensable para que Garoña pueda reabrir. Es lo que dice el Consejo de Seguridad Nuclear, pero la última palabra la tendrá el Gobierno. Esta central lleva parada desde 2012 y es la gemela de Fukushima. Después del accidente en Japón y hace tres años, ya se le exigió invertir en seguridad si algún día quería volver a funcionar. Pero esa inversión todavía no se ha hecho. Además, hay dudas sobre la rentabidad de esta central que producía tan sólo el 1,4 por ciento de la electricidad nacional. La oposición al completo denuncia que este aval pretende abrir la veda para alargar la vida útil de las centrales nucleares más allá de los 40 años. El Gobierno ahora tiene seis meses para hacer consultas y decidir.
-Redacción-