El Alavés hizo historia en la noche de ayer, asegurándose un sitio en su primera final de la Copa del Rey, tras un gol de Edgar Méndez que llevó a su equipo a la victoria contra el Celta. Los aficionados lo celebraron a lo grande en Vitoria, con cánticos, bufandas al viento y hasta bengalas. El equipo vitoriano, recién ascendido de segunda división, jugará la final contra el Barcelona el sábado 27 de mayo.
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