Si Newton levantara la cabeza, no querría dormitar bajo un naranjo en Sevilla, porque las naranjas llevan semanas maduras y han comenzado a invadir las aceras. Resbalones y caídas están a la orden del día. Este año, las abundantes lluvias han hecho que la producción de naranjas amargas sea de casi 10 millones de kilos en la ciudad, más del doble del año pasado, por lo que la recogida ya va con retraso. Mientras las recogen, muchos vecinos han tenido que, escoba en mano, solventar el problema ellos mismos. En total hay 42.000 naranjos y se ha recogido ya el 40% del total. El Ayuntamiento asegura que antes de que acabe el mes Sevilla volverá a tener su color especial.
