Artur Mas, en las puertas del Tribunal Supremo, niega que hubiera financiación ilegal de CDC. Ha asegurado que es una falsedad que se repite 1.000 veces a ver si se convierte en verdad. Pero ahí están los documentos, 11 recuperados por la Guardia Civil de la trituradora del despacho de Andreu Viloca, el tesorero de Convergencia Democrática de Cataluña; tarjetas de visita de las empresas vinculadas a las mordidas e incluso un sobre con el logo del partido en el que se lee "traspaso en efectivo". En el sumario, las fotos del despacho de Viloca, la caja fuerte donde se guardaban todos esos papeles o la sala de reuniones donde supuestamente pactaban el tres por ciento, según la Guardia Civil. Además hay un empresario que implica por primera vez a Mas ante el juez por la trama del 3%. Asegura que habló con él del pago de donaciones y que éste le ordenó que esos pagos ilegales los acordara con el otro nombre clave de la trama, el consejero Germá Gordó, su hombre de confianza. El mismo que pasado un tiempo le recriminó no haber dado suficiente dinero.
-Redacción-