Medio Congreso satirizado en las calles valencianas. Un pequeño diablo que nos recuerda a Rufián, dos diputados de color morado que se pelean, la sultana del PSOE y el que riega la rosa con gasolina. Tampoco hay elogios ni para Urdangarín, convertido en bandolero; ni para Rodrigo Rato, que presume de fortuna. El azote irónico de las fallas no deja títere con cabeza. A estos ninots no los indulta nadie. El fuego acabará con nuestros políticos hechos ceniza.
-Redacción-