Londres parece la misma ciudad que ayer, pero no lo es. El corazón político y turístico de Londres permanece cerrado por el atentado de ayer reivindicado por el ISIS. Y la zona del Parlamento británico, blindada por cientos de policías por tierra y aire. En la calle, los londinenses defienden la actuación de las fuerzas de seguridad y aseguran que el miedo no les impedirá seguir con sus vidas.
-Redacción-