Tal día como hoy sus familiares más queridos se preparaban para embarcar en el vuelo GWI 9525 rumbo a Dusserdolf. A las 10:27 el vuelo alcanzaba su altura de crucero y el comandante daba el relevo al copiloto para ir al baño. Andrea Lutbitz se encontraba sumido en una fuerte depresión y de baja médica por prescripción de su psiquiatra. Incluso había buscado por internet posibles formas de suicidio. Hoy rememorarán de nuevo a sus familiares y después se desplazarán al lugar del siniestro para inaugurar una esfera gigante con oro, en el interior de la cual habrá 144 objetos, pertenecientes a cada uno de los pasajeros, y que podrá verse desde el cielo a 800 metros de distancia.
-Redacción-