'El bello', 'el niño' y 'el pony', todos componentes de la banda de madrileños que en seis meses consiguió un botín de 750.000 euros. Se dedicaban a reventar cajas fuertes y, según la Guardia Civil, parecían un comando de operaciones especiales. Disciplinados y activos porque además de los nueve robos probados y los diez abortados por la Guardai Civil, se investiga su participación en 50 asaltos a entidades bancarias. Un modus operandi ingenioso que comenzaba con una simple tarea de cerrajero: cambiaban el bombín por uno que llevaban ellos al tiempo que anulaban las alarmas que saltaban, y hacían que viniera la Policía. Mientras, esperaban escondidos a que los agentes se marcharan pensando que se trataba de un error y entonces entraban a robar con sus propias llaves. Tras agujerear la caja y rociar con el extintor para tapar huellas, se llevaban las imágenes de su hazaña. Hasta que un vecino apuntó la matrícula cuando huían y, a pesar de ser falsa, puso en la pista a los agentes. Tienen 250 antecedentes entre los siete y han dejado su ADN hasta en un atraco en Suiza.
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