Wilson Alfonso se describe como abordador de mujeres y bromista, pero se ha quedado en condenado por cuatro abusos sexuales. Engatusó a sus víctimas con un truco de magia para abordarlas y besarlas por sorpresa. Video a video, colgados en su canal de youtube, ha acumulado tres denuncias. Entró en los juzgados con una sonrisa y salió entre gritos e insultos. La broma le ha costado casi 2.000 euros de multa y 500 euros por cada agresión. Además se ha quedado sin cámara y sin ordenador.
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