A primera hora de la mañana el jurado empieza su ronda de visitas para valorar los ninots. Durante toda la noche los maestros falleros han trabajado a contrarreloj, reparando los desperfectos que la lluvia y el viento provocó en algunas de las fallas y que obligó a parar los trabajos durante dos días. Por eso, sin tiempo que perder, han estado pintándolas para que luzcan perfectas y plantadas a tiempo. Nada puede salir mal ni echar al traste el esfuerzo y el duro trabajo de un año.
-Redacción-