Hay una tierra en Madrid de la que brota una nueva vida; la de Laureano Oubiña. El hombre que en los 80 sembró su vida con el narcotráfico, el germen de la 'Operación Nécora' en la cárcel durante 30 años, planta ahora las primeras semillas de su tercer grado y lo hace en la ONG de Madrid 'San Francisco de Asís', trabajando en el campo junto a inmigrantes y extoxicómanos. Oubiña no esperaba encontrar a gente lo suficientemente humana como para darle una oportunidad a un hombre que dice arrepentirse de lo que ha hecho. Aunque tampoco puede librarse de un pasado en el que fue el capo gallego de la droga. El negocio que destrozó a muchos jóvenes. Una sequía de vidas que alimentó la rabia en las madres de Galicia pero de la que él no se siente responsable. A punto de cumplir 71 años, Oubiña solo espera cosechar su libertad condicional.
-Redacción-