La pelea por la secretaria general del PSOE ya es oficialmente cosa de tres, después de que Pedro Sánchez formalizara su candidatura. En su primer mitin como precandidato oficial, el candidato socialista se hace con la bandera de la izquierda, pide a sus compañeros unas primarias "limpias de insidias e insultos" e insiste en que sólo él es garantía de que el PSOE vuelva a gobernar.