Acababa de cumplir tan sólo 22 años. A pesar de su juventud, Pablo supo en todo momento enfrentarse a la vida. Con cinco años, logró salvar a su hermano, José, que padecía leucemia. Él era el único compatible al 100% y quiso donarle médula. Su hermano consiguió vivir diez años más. Quienes le conocían coinciden en que Pablo brillaba por su bondad y generosidad. Amante del deporte y de la adrenalina, Pablo siempre dedicaba un tiempo a sus aficiones, sin dejar de lado las oposiciones que estaba preparándose para funcionario de prisiones. El pasado jueves, Pablo tan solo disfrutaba de su cumpleaños pero la decisión de mediar en una pelea truncó su vida.
