Hace 20 años dieron la sorpresa, ganaban siete de los ocho Goyas que optaban, entre ellos director novel. Hoy vuelven al lugar donde empezó todo, pero ahora recorren los pasillos como veteranos. Muchos de los que ahora les sacan fotos no habían nacido cuando se proyectó. Con un presupuesto escaso, Amenábar logró demostrar que los sueños si se persiguen se cumplen. 21 años después, en la complutense se sigue rodando, pero ahora Amenábar es espectador. Y mientras ellos recuerdan como estaba todo, los estudiantes ven la película que esta mañana se proyectaba en el lugar donde se rodo.