Lleva su maletín de trabajo a cuestas para montar un salón de belleza al aire libre en el que pone sus tijeras y mucho corazón. Borja va al encuentro de los 'sin techo'. Allí les ofrece sus manos y destreza entre tijeretazos. En un edificio abandonado se encontró con 41 indigentes con una vida como la de cualquiera hasta que esas vidas tuvieron un tropiezo. Porque un sencillo corte de pelo puede significar mucho en momentos truncados. Se llevan el pelo sobrante y mucha satisfacción personal, algo que les acompañará toda la vida.
-Redacción-