La llama de las protestas no se apaga en Venezuela. Más de dos meses llevan ya repitiéndose estas imágenes, las de los enfrentamientos entre manifestantes y policías. Botes de humo de un lado, cocteles molotov de otro. Nada parece aplacar los ánimos. Su única opción son unas nuevas elecciones generales, la libertad de los activistas encarcelados, ayuda humanitaria extranjera y poder para la Asamblea Nacional, controlada por la oposición. Para ello están dispuestos a seguir haciendo ruido en la calle. Desde que comenzaran las protestas, el uno de abril, han muerto 65 personas. Y el número de heridos supera los mil.
-Redacción-