Las presiones de Trump al ex director del FBI tuvieron lugar en el Despacho Oval. Fue hace tres meses, tras una reunión con altos mandos de su equipo. El magnate pidió quedarse a solas con el ex jefe de la agencia, y ya cara a cara, le pidió que diese carpetazo a la investigación sobre el general Flynn en la trama rusa, tan sólo un día después de que este dimitiera por mentir sobre sus tratos con Moscú. Trump le dijo "es un buen tipo, espero que puedas dejar pasar esto". El ex director del FBI guardó silencio. Le dijo que estaba de acuerdo en que era un buen tipo y lo anotó todo en un informe que recoge todos sus encuentros y conversaciones con Trump, destapado ahora, en parte, por el New York Times.La noticia ha caído como una bomba en Washington. La Casa Blanca, sin negar la conversación, desmiente las presiones. Los demócratas dicen que está poniendo a prueba al país de una forma sin precedentes. Y desde los republicanos, John McCain asegura que este escándalo está alcanzando el tamaño y la escala del Watergate.El Congreso ya ha pedido al FBI todos los documentos y grabaciones para aclarar si Trump intentó influir en una investigación federal. Una obstrucción a la justicia en toda regla que podría hacer tambalear aún más el polémico mandato de Donald Trump.
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