Las calles de Girona se han teñido este lunes de rojo y blanco para celebrar el ascenso de su club a Primera División. Después de disputar la promoción a esta categoría en tres ocasiones sin conseguirlo, el equipo catalán lo ha logrado al empatar 0-0 con el Zaragoza en Montilivi, resultado beneficioso para ambos ya que los de Aragón continuarán en Segunda División. Cuando el árbitro pitó el final del partido, los aficionados del Girona no pudieron contener su alegría y terminaron invadiendo el terreno de juego. La segunda vuelta fue clave en el éxito del equipo dirigido por Pablo Machín, que logró ocho victorias consecutivas en casa y un margen 11 puntos respecto al tercer clasificado.
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