La cara desencajada a mitad del escrutinio de Theresa May ya confirmaba su fracaso estrepitoso al adelantar tres años las elecciones para reforzar su mayoría para renegociar el Brexit. A pesar del triunfo amargo, como preveían los sondeos, los conservadores han perdido su mayoría absoluta y lo tendrán muy difícil para gobernar, dejando las negociaciones de la salida en el limbo. Tras liderar gran parte del escrutinio, los laboristas de Corbyn son los que salen más reforzados. Aunque no podrán formar gobierno, han superado los resultados de 2015. Su líder celebra la pérdida de apoyos de los tories y pide la dimisión de Theresa May. En Escocia, el descalabro de los nacionalistas es total frente al ascenso de los conservadores, lo que se interpreta como un rechazo en toda regla al segundo de referéndum soberanista anunciado por su primera ministra. Mientras la incertidumbre se traslada a los mercados, con la gobernabilidad en el aire, la libra cae más de un uno por ciento.
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