El argumento es el mismo: "tienes que tener una economía estable... que en realidad nunca llega". Y esperando al final, ni la estabilidad, ni los hijos. Porque por mucho que quieran las abuelas rodearse de nietos, se tienen menos que nunca. Y además, a la edad más tardía que se contempla. Según el INE, el primero no llega hasta los 32 años. Hoy en día incluso las mujeres extranjeras se contagian de esta tendencia al alza y esperan hasta bien pasados los 29. Pero es que la mayoría de parejas se quedan ahí, en el primero. La crisis demográfica se acentúa porque por si fuera poco, por segundo año consecutivo han muerto más personas de las que hemos visto nacer. Un país el nuestro de gente mayor, donde la esperanza de vida es lo único que crece, hasta los 80,4 años en ellos y rozando los 86 para ellas.