31 kilómetros en donde es imposible, ver , respirar o circular. Es la carretera 494 Matalascañas Mazagón, un infierno la noche del sábado al domingo. Discurre paralela a las playas. Conecta con la autovía de Sevilla. Y atraviesa parte del anillo de seguridad de Doñana. Es el caos en los primeros instantes a la salida del camping desalojado. Hoy los bomberos mantienen a raya los rescoldos. El sábado utilizaban esta carretera para llegar lo antes posible a las llamas. La 494 se cortó para evitar atascos a la salida de las abarrotadas playas del fin de semana. Una decisión incómoda pero que evitó que miles de personas con las llamas cerca se expusieran al peligro del fuego.