En Ermua, el pueblo de Miguel Ángel Blanco, se ha celebrado hoy un acto que pretendía ser también de unidad frente al terrorismo y de recuerdo por el concejal asesinado. Pero aun así resultaba imposible olvidar que hace 20 años hubo quienes guardaban silencio. Dos décadas después, entre los asistentes, un político de Sortu, el partido que sucedió a las distintas marcas de Herri Batasuna. A esa formación estaba ligado Julen Arzuaga hace 20 años, y ha tenido que escuchar el reproche del alcalde, Carlos Totorika. El PP ve en esa presencia en el homenaje oscuras intenciones y pide que condene, de una vez, el asesinato.
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