Ante la plaga de sombrillas, en Benidorm han sacado el metro para medir el espacio entre toalla y toalla. Aunque para algunos los veraneantes se quejan por quejarse, eso sí, la orilla tiene un precio, hay que madrugar para tener la primera línea. En la playa de Gandía tampoco. Levante es una cazuela en la que hay sitio para todos.
-Redacción-